El índice compuesto de actividad global se situó el último mes en 55,8 puntos, impulsado especialmente por el sector servicios, mientras que en noviembre se alcanzaron los 56,1 puntos, según detalló la nota.
Si bien un nivel superior a 50 puntos indica una expansión de la actividad, la tendencia general “oculta las disparidades a nivel sectorial, ya que el crecimiento dependió casi exclusivamente del dinamismo del sector de los servicios”, señaló la consultora.
Por su parte el sector manufacturero tuvo un comportamiento «débil», con un aumento muy ligero de la producción en diciembre, vinculado a las incertidumbres derivadas de la crisis sanitaria y a la aparición del nuevo virus altamente patógeno.
“En estas condiciones, cualquier medida que tome el gobierno francés en respuesta a la aparición de la variante Ómicron tendrá un impacto directo en el crecimiento”, advirtió uno de los economistas responsables del informe, Joe Hayes, asegurando que “un endurecimiento de las restricciones sanitarias podría poner a la economía francesa en una situación precaria”.
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