El museo más grande del mundo estuvo cerrado entre el 1 de enero y el 19 de mayo del año pasado por el azote de la pandemia y, aunque superó la asistencia registrada en 2020 en 100 mil personas, quedó bien lejos de las nueve millones 600 mil de 2019 y de las 10 millones 200 mil de 2018, que constituye su récord de visitas.
De acuerdo con el Louvre, a finales de año vivió un auge en las entradas, pero insuficiente para compensar el impacto de la Covid-19, sobre todo en la llegada de extranjeros.
En ese sentido, lamentó la marcada ausencia de visitantes no europeos en la instalación con más de ocho siglos de historia, añorada por los amantes de la cultura de todo el mundo por su impresionante colección, que incluye obras maestras de la relevancia de La Mona Lisa, la Victoria Alada de Samotracia y la Venus de Milo.
Los turistas asiáticos y estadounidenses apenas representaron un 6,2 por ciento de las entradas, muy lejos de las cifras en tiempos normales, seguidos por los alemanes (seis por ciento), italianos (4,4), españoles (cuatro), neerlandeses (3,2), británicos (2,1) y belgas (2,1).
Ante la baja de visitantes, los ingresos del Louvre cayeron 80 millones de euros respecto a 2019 y el Estado destinó a la reconocida institución 110 millones de euros, 70 millones para compensar pérdidas y 40 millones destinados al plan de relanzamiento.
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