“Se fijaron precios máximos por 180 días para la venta al por menor del gas licuado de petróleo para abastecer de combustible a los vehículos en Kazajastán”, indicó el comunicado publicado en el sitio oficial del Ejecutivo en Internet.
A la vez, indicó que se introdujo la regulación temporal por seis meses de los precios de la gasolina y del combustible diésel.
Durante el mismo plazo de tiempo, las autoridades kazajas prohibieron subir las tarifas de los servicios públicos (calefacción, gas, electricidad y suministro de agua) y la exportación del ganado para estabilizar los precios de la carne.
Además, pospusieron por un año la transición completa de la venta del gas licuado de petróleo a través de la plataforma de comercio electrónico, una de las razones de la subida de los precios del combustible.
Las manifestaciones comenzaron el 2 de enero en las ciudades de Zhanaozen y Aktau, al suroeste del país, donde los residentes protestaron contra la subida de los precios del gas natural licuado.
Dos días después, se produjeron disturbios y enfrentamientos con la Policía en Almaty (sureste) y otras ciudades kazajas, en los que se han registrado cerca de 20 muertes, más de mil heridos, además de cuantiosos daños a edificios públicos, empresas y numerosas acciones de vandalismo.
El mandatario kazajo decretó el estado de emergencia durante dos semanas en todo el territorio del país y destituyó al Gobierno.
Tokáyev se puso al frente del Consejo de Seguridad nacional y en su última reunión tachó de terroristas a los implicados en los enfrentamientos, a la vez que prometió medidas severas contra los culpables.
Pese a la dimisión del Gobierno y a la orden presidencial de regular de inmediato los precios del combustible, las protestas en el país continúan.
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