El IRC, una organización no gubernamental con sede central en Nueva York, destacó en un informe la crisis humanitaria creciente en la nación y explicó que el cierre de las instalaciones de atención médica privaría a millones personas de cuidados básicos, y amenaza la respuesta a la Covid-19 y la vigilancia a otras enfermedades.
El informe subrayó que la suspensión de la financiación de los donantes internacionales y la congelación de los activos afganos provocaron el cierre de los centros de salud y un colapso económico en medio de la sequía, el hambre y la propagación del nuevo coronavirus.
Afganistán podría ver una pobreza casi general a mediados de 2022, con el 97 por ciento de los afganos perjudicados, según las Naciones Unidas, cita el documento del IRC.
Si no se aborda, esta crisis económica aumentará las necesidades humanitarias, desde la inseguridad alimentaria y la desnutrición hasta las crisis de salud, se lee en el escrito.
Funcionarios del Ministerio de Salud Pública de Afganistán rechazaron este sábado la posibilidad de cerrar el 90 por ciento de los establecimientos de salud del país, aunque reconocieron los desafíos en el sector e instaron a organizaciones internacionales a apoyarlos.
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