El juego de mi vida: Vicente Revuelta en escena y Los 12: las sorpresas de la memoria, de la investigadora Esther Suárez Durán, son los textos disponibles que invitan al público a desandar por el intenso quehacer de este reconocido actor.
A propósito de la efemérides y en el contexto de la Jornada de Teatro villanueva, la Sala Adolfo Llauradó del Complejo Cultural que lleva el nombre del dramaturgo será sede de un programa homenaje a su impronta.
Entre las acciones figura la presentación de la décima edición del Boletín Prometeo y un conversatorio con investigadores y discípulos sobre este hombre imprescindible de las tablas cubanas.
Durante el encuentro presentarán también la revista Tablas 1/2012 (en formato PDF) y Monólogos, de Maité Hernández y Omar Valiño, este último director de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, que también realiza un homenaje a Revuelta.
La insigne librería cubana recordó al Premio Nacional de Teatro (1999) desde las instantáneas de la colección especial de fotografías del centro, “presentada junto a su hermana Raquel, actriz, directora y pedagoga, ícono de nuestras artes escénicas”.
Recordar a Vicente Revuelta a 10 años de su fallecimiento constituye un acto de agradecimiento eterno a uno de nuestros grandes actores y maestros del teatro cubano y latinoamericano, escribió en su página digital la institución.
En sus palabras, citó la frase que dijera el teatrólogo y crítico Valiño durante el coloquio por los 90 años del dramaturgo, el 5 de junio de 2019: “la memoria sobre Vicente Revuelta no hay que forzarla. Habita en nuestras tablas de modo natural”.
En una veintena de obras se aloja su ingenio creador y habilidad para experimentar en la escena, “tras la búsqueda y descubrimiento de esencias y contradicciones del hombre desde obras del repertorio teatral universal contemporáneo”.
Vicente también hizo de las suyas en el cine, dejando su impronta de guionista y actor en populares cintas como Una pelea cubana contra los demonios (1972); Los sobrevivientes (1979) y Amor vertical (1998).
Entre los reconocimientos que obtuvo sobresalen, además del máximo galardón de las tablas en Cuba, el título de Doctor Honoris Causa en la Universidad de las Artes, la Orden Félix Varela de Primer Grado, el Premio Espada de Oro (Bulgaria), entre otros.
Su labor como maestro de varias generaciones de actrices y actores cubanos fue, al decir de algunos historiadores, “su mayor y más rotundo éxito” y su huella quedó perenne en las conferencias impartidas en más de 15 países de América Latina y Europa.
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