Durante el acto de toma de posesión de su cargo, tras las elecciones del 7 de noviembre último, indicó como meta del nuevo mandato gubernamental la restitución de los indicadores económicos y sociales de la nación centroamericana, obtenidos antes del intento de golpe de Estado en 2018.
El mandatario reconoció que la construcción de la paz es la herramienta indispensable para el desarrollo de la infraestructura, generación de empleos y seguridad, propósitos enarbolados también por el gabinete del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) durante los próximos cinco años.
Ortega aludió a la firma de cuatro tratados de cooperación con representantes de China, entre ellos, un Memorándum de Entendimiento sobre la colaboración en el marco de la ruta de la seda del siglo XXI y, a su juicio, ambas revoluciones “van en un mismo norte, camino y destino para acabar con la pobreza”.
Asimismo, exigió al gobierno de Estados Unidos el respeto a la sentencia del 27 de junio de 1986 de la Corte Internacional de Justicia, la cual establece la indemnización para Nicaragua, por el financiamiento y organización de actividades militares contra el gobierno y pueblo de la nación centroamericana.
“Ellos dicen que son respetuosos de la ley, por tanto, el presidente Joe Biden tiene la oportunidad en estos momentos de hacer un giro histórico y valiente, con el cual nos indemnice, es un acto de justicia y no de limosna”, puntualizó Ortega desde la Plaza de la Revolución de Managua.
Este lunes, el presidente de la Asamblea Nacional, doctor Gustavo Porras, ejecutó la juramentación oficial y Promesa de Ley para los candidatos reelectos: el presidente Daniel Ortega y la vicemandataria Rosario Murillo, frente a delegaciones internacionales de más de 20 países.
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