Martin Griffiths, jefe de la ayuda humanitaria de la ONU, dijo desde Ginebra que 23 millones de afganos necesitan desesperadamente asistencia, reflejó la agencia de noticias Pajhwok.
Griffiths advirtió que los afganos enfrentan una crisis de excepcional gravedad, que incluye hasta un millón de niños con malnutrición grave y aguda si no se les proporciona ayuda este invierno.
Advirtió la necesidad de llevar alimentos a las familias donde viven, semillas para los agricultores y servicios sanitarios para las clínicas de todo el país.
El mes pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución que permite el flujo de ayuda a Afganistán, devastado por la guerra y sumido en una grave crisis económica, suavizando las sanciones impuestas a los nuevos gobernantes talibanes.
Estados Unidos y sus aliados congelaron miles de millones de dólares en activos del banco central afgano y el gobierno de Joe Biden mantuvo las sanciones a los líderes talibanes pese a las peticiones de ayuda para evitar un desastre humanitario.
El llamado de financiación de la ONU por más de cinco mil millones de dólares para Afganistán tiene la esperanza de apuntalar el colapso de los servicios básicos, que dejó a 22 millones de personas necesitadas de asistencia y otros 5,7 millones que necesitan ayuda más allá de sus fronteras.
Desde el ascenso al poder en Kabul del movimiento Talibán, Afganistán necesita ayuda internacional urgente.
El grupo armado conquistó Kabul a mediados de agosto del año pasado, mientras Estados Unidos y la OTAN sacaron sus tropas tras 20 años de ocupación militar y más de dos billones de dólares en gastos de guerra, con saldo de miles de civiles muertos.
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