En un discurso a la nación, efectuado en las últimas horas, el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas expresó que pese a lo que calificó “carácter ilegítimo de algunas decisiones” del organismo subregional en relación con Mali, se impone la comunicación entre ambas partes.
Al respecto detalló que Mali sigue abierto al diálogo con la Cedeao para encontrar un consenso entre los intereses del pueblo de este territorio y el respeto de los principios fundamentales de esa organización del área geográfica.
Goita profirió esas palabras horas después de que la Cedeao, organismo integrado por 15 países, impuso medidas punitivas contra Bamako debido a que la gobernante junta militar incumplió con un calendario para celebrar elecciones que devuelvan el poder a civiles.
Recientemente la Junta castrense pidió un plazo de cinco años, a partir del 1 de enero de 2022, para la celebración de elecciones presidenciales y legislativas, lo cual fue rechazado por el ente subregional al considerar que es demasiado tiempo.
Entre las medidas dictadas en una cumbre extraordinaria del organismo subregional, celebrada el domingo pasado en Accra, Ghana, se encuentra la congelación de activos malienses en el Banco Central de los Estados de África Occidental.
Figuran también la clausura de las fronteras entre Mali y los estados miembros de la organización y la imposición de un bloqueo de mercancías, disposición que descarta afectar los suministros médicos y productos considerados esenciales.
Aparejado a esas disposiciones, los Jefes de Estado y Gobierno de la Cedeao dictaminaron además el retiro de los embajadores de esa comunidad asentados en Bamako.
Según el portal digital Africa News, integrantes de la junta militar maliense, consideraron en un documento, por otro lado, que las sanciones de la Cedeao impactarán de forma sensible a las poblaciones de este país, “ya gravemente afectadas por las crisis de seguridad y sanitaria”.
En ese sentido, la Unión de Trabajadores de Mali, denunció a través de un comunicado que las medidas adoptadas infligirán daños al pueblo maliense, el cual vive sumido en un clima de violencia por la acción de grupos radicales islamitas, como el Estado Islámico.
Mali sufrió un golpe de estado por uniformados en agosto de 2020, cuando fue apartado del poder el presidente Ibrahim Abubakar Keita, y con posterioridad, en mayo de 2021 el propio coronel Goita, con respaldo de militares, forzó la salida de un gobierno civil interino mediante otra asonada.
mem/obf