El rotativo cita mensajes del gobernante caribeño en la red social Twitter , en los que asegura que esos abusos se han cometido en la prisión abierta por el entonces presidente norteamericano George W. Bush (2001-2009), luego de los atentados del 11 de septiembre.
En esa línea, también publica textos suscritos por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en los que asevera que la base naval estadounidense en Guantánamo (oriente de la Isla) alberga una historia de 20 años de ignominia.
Rodríguez, agrega el periódico de circulación nacional, manifestó que allí han estado «780 personas detenidas arbitrariamente, sin juicio o debido proceso, incluidos menores. No pocos de ellos víctimas de torturas y tratos degradantes violatorios de los derechos humanos».
El sitio, apunta La Estrella… ha generado polémica por los programas de detenciones secretas y torturas, que incluían ahogamientos simulados y técnicas para que los presos no pudieran dormir.
Este martes se cumplen dos décadas de la llegada de los primeros presos a la cárcel establecida por el gobierno de Estados Unidos en esa base militar, que Washington mantiene en el extremo oriental de Cuba pese a los constantes reclamos de las autoridades de la isla para su devolución.
La víspera, expertos en derechos humanos de la ONU condenaron los abusos cometidos en esa prisión.
En un comunicado, el grupo de relatores independientes del organismo multilateral señalaron que en ese recinto se cometen violaciones implacables y continuas de las garantías fundamentales de los detenidos, lo cual constituye una mancha para el gobierno de Washington en temas como el estado de derecho.
Los relatores rechazaron las detenciones arbitrarias sin juicio y las torturas o malos tratos perpetrados en ese centro.
Estas son prácticas “inaceptables” para cualquier Gobierno, pero particularmente para el estadounidense que se dice protector de los derechos humanos, subrayaron.
Del mismo modo, repudiaron la impunidad de la cual gozan los responsables de esos abusos.
En 2003, la prisión albergaba a 700 reclusos y dos décadas después, aún quedan 39 detenidos de los cuales sólo nueve han sido acusados o condenados por algún delito.
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