Los hallazgos ofrecen pistas sobre el comportamiento de la enfermedad a nivel celular, lo cual allana el camino para posibles objetivos terapéuticos, expusieron los implicados en el artículo, publicado aquí por la revista neerlandesa Cell Reports.
“Descubrimos que la proteína CSDE1 coordina una cadena compleja de eventos que permiten la senescencia en las células de la piel, que ralentiza significativamente su función sin causar la muerte”, explicó la bioquímica Rosario Avolio, primera autora.
Las células resultantes actúan como un cortafuegos contra el cáncer y suprimen la formación de tumores, subrayó la investigadora postdoctoral del barcelonés Centro de Regulación Genómica.
El documento describió cómo recolectaron queratinocitos de ratones, el tipo de célula cutánea más abundante en la epidermis y causa de varios tipos de cáncer de piel, incluidos los carcinomas de células basales y escamosas.
El mismo grupo, liderado por Fátima Gebauer, encontró antes que CSDE1 promueve la formación de metástasis en el melanoma, un cáncer de piel menos común pero el más agresivo.
Al decir de expertos, estos trabajos se inscriben entre los pocos que examinan el papel de las proteínas de unión al ARN en el establecimiento de la senescencia celular, que es una frontera importante en los estudios del padecimiento.
Durante mucho tiempo se pensó que esas proteínas eran moléculas universales que las células usaban para el mantenimiento general y no podían ser un objetivo terapéutico, apuntó la doctora Gebauer.
Cada vez es más claro que esto no es cierto y que este campo emergente es fundamental para comprender las enfermedades humanas, concluyó.
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