Según advirtió el titular del mayor organismo de Naciones Unidas, Volkan Bozkir, actualmente el mundo no está encaminado a cumplir las metas del ODS número 6, referido a garantizar agua limpia y saneamiento para todos.
Ese es uno de los motivos para realizar el evento de alto nivel de este jueves, aseguró el presidente de la Asamblea General por medio de su cuenta oficial en Twitter.
De cara a esta cita, 156 países miembros de Naciones Unidas firmaron conjuntamente una declaración pionera sobre el agua, anunció la misión permanente de Finlandia.
Ese texto destaca que el agua es una cuestión de vida, pues resulta fuente de existencia para todos.
Igualmente, llama la atención sobre la importancia crítica de ese líquido en medio de la pandemia de Covid-19, pues el acceso a un saneamiento adecuado y la higiene se encuentran entre las primeras líneas de defensa en ausencia de una vacuna, en particular en muchos países en desarrollo.
Pero los niveles actuales de financiamiento continúan siendo sustancialmente inadecuados para alcanzar el objetivo de la comunidad internacional de disponibilidad universal y gestión sostenible del agua y el saneamiento, recalca la declaración.
Unos dos mil 500 millones de personas (36 por ciento de la población global) viven en regiones con escasez de agua.
Para 2050, más de la mitad de la población mundial estará en riesgo debido al estrés hídrico, mientras la desertificación por sí sola amenazará los medios de vida de casi mil millones de personas en unos 100 países, expone el documento.
Asimismo, añade, la intensa escasez de agua podría desplazar hasta 700 millones de personas para 2030.
‘El crecimiento de la población y la creciente demanda de alimentos y energía, así como el cambio climático, agravarán los problemas de escasez.’
También el cambio climático afecta la disponibilidad y la demanda de agua, así como a la frecuencia e intensidad de las inundaciones y las sequías, señala el texto.
Del mismo modo, enfatiza en cómo la paz y el desarrollo sostenible en torno a los recursos hídricos compartidos contribuyen a la estabilidad regional.
Por ello, este evento de alto nivel de la Asamblea General de la ONU aboga por fortalecer el diálogo político y la diplomacia del agua, incluso en el marco de la prevención de conflictos y la creación de oportunidades para la cooperación.
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