«Ómicron, que ya se esparció por el mundo, tiene una capacidad de contagio muy grande, pero su letalidad es muy pequeña, según dicen las personas que saben», dijo el mandatario entrevistado por Gazeta Brasil.
«Algunos incluso dicen que sería un virus que serviría como vacuna. Según algunas personas estudiosas y serias, y sin relación con las farmacéuticas, Ómicron es bienvenida y puede señalar el fin de la pandemia», insistió.
Añadió que «el Ómicron no ha matado a nadie”, pues la persona que murió en el estado de Goiás ya tenía serios problemas de salud, especialmente en los pulmones, acotó.
Se trata de un hombre de 68 años fallecido el 6 de enero, que según datos oficiales es el primer deceso confirmado en la nación sudamericana por la variante.
Bolsonaro volvió a atacar la vacunación infantil contra la Covid-19 y cuestionó la seriedad de la estatal Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), que autorizó el uso de los inmunizantes.
En diciembre pasado Anvisa aprobó la vacunación de niños de cinco a 11 años, la cual deberá iniciarse en los próximos días con el inmunizante de Pfizer.
Brasil registró en las últimas 24 horas 87 mil 471 nuevos casos y 133 fallecimientos asociados al coronavirus, con un avance de los contagios pero una reducción en el número de muertes, según el Ministerio de Salud.
La institución reportó 426 casos confirmados de Ómicron, 839 están en análisis y una muerte en un paciente que sufría de otras enfermedades.
Brasil, uno de los tres países más afectados por la pandemia en números absolutos junto a Estados Unidos e India, registra una tasa de mortalidad de 295,2 decesos por cada 100 mil habitantes y una incidencia de 10 mil 810 personas infectadas en la misma proporción.
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