El Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó en un comunicado que Tel Aviv intenta con esa campaña cambiar el marco histórico, legal y demográfico de Cisjordania.
Con esa política, las autoridades israelíes cierran la puerta a la creación de un Estado palestino con fronteras previas a la guerra de 1967, que tenga a Jerusalén Este como su capital, advirtió.
Al respecto, denunció la aprobación de sucesivos proyectos de construcción de colonias para aislar la zona oriental de esa urbe del resto de Cisjordania.
El texto condenó el hostigamiento de los colonos, las demoliciones de viviendas palestinas, la limpieza étnica, la represión, el abuso y las restricciones impuestas por ese país.
Las autoridades israelíes aprobaron a principio de este año cinco proyectos de construcción de tres mil 557 viviendas para judíos en esa región.
Para el experto Fakhri Abu Diab, investigador en asuntos de Jerusalén, esas iniciativas forman parte de una estrategia más amplia para judaizar la zona y aislarla de Cisjordania.
El plan es más extenso, e incluye al norte la construcción de nueve mil viviendas en el antiguo aeropuerto de Qalandia (proyecto paralizado en 2020 ante las críticas internacionales) y de un barrio nuevo en el corredor oriental conocido como E1, resaltó.
Las tropas israelíes ocuparon la zona oriental de Jerusalén en la guerra de 1967, y desde entonces se niegan a retirarse pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
De hecho, en 1980 las autoridades israelíes declararon a toda la urbe como la capital eterna e indivisible del país, una postura rechazada por la comunidad internacional, que considera la zona este como parte del futuro Estado palestino.
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