La orden de utilizar el programa, creado por la firma NSO Group, para vigilar a ciudadanos sin la supervisión de un juez fue dada por oficiales de policía de alto rango y fue ejecutada por el Equipo de Operaciones Especiales de la división cibernética de ese cuerpo, precisó el periódico.
Según la fuente, los agentes espiaron en 2020 las conversaciones de los manifestantes contra el entonces primer ministro Benjamin Netanyahu, de un alcalde y de un allegado a un político. En los dos últimos casos se buscaban evidencias de corrupción.
También se intervinieron las comunicaciones de empleados de una firma estatal que estaban bajo investigación por presunto fraude.
En algunos casos se optó por el hackeo de teléfonos como una solución fácil, que ahorra tiempo a la policía, pero el precio es una grave invasión de la privacidad de los ciudadanos, algunos de los cuales no cometieron ningún delito, advirtió la publicación.
Como ejemplo cita el caso de las escuchas en los móviles de los críticos a la marcha del Desfile del Orgullo en Jerusalén en el verano de 2015 bajo el argumento de que podrían iniciar acciones violentas.
Pegasus fue comprado por la policía en diciembre de 2013, durante la época del comisionado Yohanan Danino, y entró en funcionamiento durante el mandato de su sucesor, Roni Alsich, resaltó.
Un grupo de periodistas de 17 medios de prensa internacionales, entre ellos Haaretz, Die Zeit, The Guardian, The Washington Post, reveló el 18 de julio de 2021 que unos 50 mil números telefónicos en el mundo fueron blanco de posible espionaje a través de ese software.
Periodistas, políticos, activistas defensores de los derechos humanos y empresarios fue blanco de esa estrategia en medio centenar de países.
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