Aparte de manifestar rechazo, Wang Wenbin, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo que se trata de un acto de acoso por prejuicios ideológicos y muy dañino para el intercambio pueblo a pueblo entre ambos países.
La CGTN –precisó- goza de prestigio internacional, trabaja con profesionalidad y ética desde hace casi dos décadas en territorio británico, y cumple estrictamente con las leyes y regulaciones.
Indicó que la televisora desarrolla su labor reporteril bajo los principios de ‘objetividad, veracidad y legitimidad y exactitud’, y jugó un rol positivo en el entendimiento mutuo.
Wang criticó a Londres por obstruir las operaciones de ese medio, añadió que su decisión evidencia la hipocresía en la libertad de prensa y alertó de consecuencias si no la corrige de inmediato.
Aparte de la Cancillería, la dirección de la CGTN también condenó el fallo británico y afirmó que fue resultado de la manipulación de fuerzas de extrema derecha y contrarias a China.
La víspera la oficina reguladora de las telecomunicaciones en Reino Unido (Ofcom) retiró la licencia de operación a la televisora estatal, por supuesta falta de control sobre su línea editorial.
Según alegó esa entidad, el permiso de transmisión estaba a nombre de Star China Media Limited, una empresa privada que no tenía responsabilidad editorial sobre los programas transmitidos por el canal vía satélite en idioma inglés.
Agregó que una solicitud para transferir la licencia a otra entidad estatal china -China Global Television Network Corporation (CGTNC)- también fue rechazada, por considerar que la misma es controlada por el Partido Comunista del país asiático.
En respuesta a la investigación de Ofcom, la televisora del país asiático argumentó que el accionista principal de CGNTC es la cadena de televisión estatal CCTV, que tiene un estatus similar a la BBC británica, el Grupo de la Televisión de Francia o la NHK de Japón.
De acuerdo con una declaración citada por el diario The Guardian, la CGTN afirmó que la junta de directores ejerce un control independiente de la política editorial del canal.
La revocación de la licencia de la CGTN coincidió con una queja de la Cancillería china a la corresponsalía de la BBC en Beijing, tras un reportaje sobre la situación de la Covid-19 transmitido el 29 de enero pasado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores acusó a ese medio de vincular la pandemia a la política y utilizar imágenes de un ejercicio antiterrorista para describir supuestas ‘violaciones de los derechos humanos y aplicación violenta de la ley’ por parte de las fuerzas del orden.
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