En declaraciones a la televisora Sky News, el también líder del Partido Laborista Galés apuntó que, aún si pudiera sortear la crisis política actual sin tener que renunciar, la reputación del gobernante conservador sufrirá un daño irreparable.
Drakeford también criticó a Johnson por anunciar que la semana próxima se levantarán las restricciones por la pandemia de Covid-19, incluidas el uso obligatorio de la mascarilla y la necesidad de presentar certificados de vacunación para acceder a determinados eventos.
Según el político galés, la decisión del Gobierno central, que abarca solo a Inglaterra porque los demás territorios de Reino Unido siguen sus propios planes para lidiar con la pandemia, carece de un fundamento científico, y solo busca distraer la atención de las fiestas en Downing Street.
No es parte de un plan bien pensado, sino un esfuerzo de los ministros para cambiar los titulares que han dominado la prensa en los últimos días, señaló.
El Primer Ministro británico enfrenta la peor crisis de su Gobierno tras revelaciones de que sus ayudantes y asesores organizaron fiestas en la residencia oficial en pleno confinamiento, cuando el resto de la población tenía prohibido reunirse con familiares y amigos.
El propio Johnson admitió la semana pasada que asistió a una de esas celebraciones, con tragos de por medio, en los jardines de Downing Street en mayo de 2020, y aunque se disculpó ante el Parlamento, alegó que siempre pensó que se trataba de una reunión de trabajo.
La crisis escaló aún más la víspera después de que un diputado del gobernante Partido Conservador denunció presiones y chantajes de parte del Ejecutivo para evitar un voto de desconfianza contra el Primer Ministro.
Al menos una docena de legisladores conservadores pidieron la renuncia de Johnson, incluidos uno que se pasó el miércoles a la bancada laborista y otro que le pidió directamente en la Cámara de los Comunes que se fuera.
Según las reglas internas del partido, si 54 de los 360 legisladores conservadores informan por escrito al llamado Comité 1922 que no confían en su gobernante, entonces se convocaría un voto de confianza.
De no conseguir el apoyo de la mitad más uno de sus correligionarios (181 votos), Johnson tendría que dimitir y se abriría un concurso de liderazgo para escoger un sustituto dentro de las filas conservadoras.
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