Según una fuente cercana al acontecimiento, el miembro de la Agencia Espacial de Rusia (Roscosmos) debe volar a la Estación Espacial Internacional (EEI) en la primavera de 2023, por lo que tenía previstas las prácticas y se dirigía a Estados Unidos.
Antes de su vuelo a la EEI, los astronautas de otros países suelen entrenarse en Rusia, en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Yuri Gagarin, en la Ciudad de las Estrellas, para familiarizarse con el segmento ruso de la estación.
Mientras, los cosmonautas rusos se entrenan en el Centro Espacial Lyndon B. Johnson, en Houston, donde aprenden sobre el módulo estadounidense.
El director general de Roscosmos, Dmitri Rogozin, calificó la decisión estadounidense de “peligroso precedente para la cooperación en la EEI” y prometió enviar un reclamo sobre el tema a la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de Estados Unidos.
Según un comunicado de la agencia rusa, la situación que se produjo pone en riesgo la seguridad del cosmonauta ruso en la EEI y también del segmento estadounidense de la estación, debido a su falta de preparación en caso de emergencia.
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