De acuerdo con una investigación, alrededor de mil embarcaciones se desplazan diariamente en las zonas de alimentación del animal más grande del mundo.
A través de datos satelitales los científicos plasmaron como el gigante marino se mueve en el océano mientras trata de nutrirse y esquivar los barcos que navegan en el área.
Las observaciones de campo indicaron que cuando las ballenas azules comen, prácticamente sólo le prestan atención a esa actividad, y esto las hace más proclives a ser chocadas por embarcaciones, en especial, durante horario nocturno.
Según Programa Austral Patagonia, es sabido donde están ubicadas las ballenas, actualmente con una población baja que oscila entre 200 y 700 ejemplares.
Cualquier incidente de colisión y muerte de estos animales representa una amenaza real a su conservación, alerta la fuente.
‘Hasta el momento ya se produjeron colisiones fatales en el área en 2009, 2014 y 2017, así como muertes por enredo en centros de cultivo de salmón durante 2007 y 2020’, señalan los expertos.
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