En declaraciones a la versión electrónica del diario Al Ahram, el profesor de ciencias climáticas Ali Kotb, de la universidad de Zagazig, explicó que la actual ola de frío no solo es atípica por la brusca caída de las temperaturas, sino principalmente por su larga duración.
«A diferencia de los últimos 10 años cuando las oleadas se extendían de dos días a una semana, el país experimentó valores diurnos muy fríos y gélidos en las noches por casi un mes de manera sostenida», precisó el científico.
Kotb vinculó este comportamiento del tiempo con el cambio climático y señaló que, contra todas las creencias, ese evento planetario también puede provocar descensos en los termómetros.
Así como Egipto fue testigo el pasado verano de temperaturas elevadas sin precedentes, ahora experimenta un invierno muy crudo, llegando incluso a nevar en algunas gobernaciones del país, añadió.
Destacó que el cambio climático aumentó la recurrencia de fenómenos meteorológicos extremos, lo que significa que las olas de frío y calor serán más fuertes en comparación con las temporadas pasadas.
Los impactos de ese problema son limitados en la actualidad, pero pueden exacerbarse en las próximas décadas, advirtió el experto.
Según la Autoridad Meteorológica de Egipto, a partir de mañana comenzará una nueva ola de frío marcada por un descenso notable de las temperaturas, con máximas de 12-16 grados centígrados y mínimas de 6-9 grados en esta capital.
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