Childs aparece como posible sustituta del juez Stephen Breyer, de 83 años, quien la semana pasada anunció sus intenciones de retirarse al término de este año judicial, en julio.
La salida del magistrado progresista permitirá al presidente Joe Biden nombrar a otro juez de la misma filiación ideológica antes de las elecciones de mitad de mandato que se celebrarán en noviembre.
El hecho de irse antes de las intermedias garantizará a los demócratas, que cuentan en el Senado con 50 de 100 escaños y el voto cualificado de la vicepresidenta, Kamala Harris, autonomía para decidir el nombre de quien lo reemplace.
Los comicios, que renovarán la Cámara de Representantes en su totalidad y un tercio de la Cámara alta, suponen un gran desafío para los demócratas que defenderán sus ajustadas mayorías en ambos hemiciclos.
Biden prometió durante su campaña por la Presidencia en 2020 que, de llegar a la Casa Blanca, nominaría a una afroamericana para esa posición.
Según el diario The Hill, el mandatario propuso el mes pasado a Childs para el Tribunal de Apelaciones del Circuito de Washington, pero está pendiente su confirmación, aplazada este martes por el Comité Judicial del Senado. La mansión ejecutiva dijo el viernes pasado al diario The Washington Post que la jueza está «entre los múltiples individuos bajo consideración para la Corte Suprema».
Tal declaración convirtió a Childs en la única persona anunciada públicamente que está en la carrera para la nominación al puesto de Breyer.
El periódico señaló que su ascenso puede atribuirse en parte a un poderoso aliado en el representante James Clyburn (Carolina del Sur), el número tres de los demócratas en la Cámara baja.
Sin embargo, la eventual nominada, nacida en Detroit en 1966, podría enfrentar un fuerte escrutinio.
El director ejecutivo del proyecto progresista Revolving Door, Jeff Hauser, advirtió que los antecedentes de Childs como abogada laboralista del lado de la administración son «llamativos» entre los nombramientos judiciales de Biden hasta ahora. Definitivamente hay muchas preguntas que habría que hacer sobre la elección de trabajar con los empleadores en contra de los empleados, añadió Hauser, citado por The Hill.
La Corte Suprema tiene una composición de seis jueces conservadores, la mitad de ellos nombrados por el expresidente Donald Trump, y tres liberales o progresistas.
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