El Ministerio de Educación y las alcaldías organizaron iniciativas en tributo al bardo de la nación centroamericana, entre ellas, pasarelas con trajes de folklore, declamación de poemas, revistas culturales, ferias con emprendedores y colocación de arreglos florales en los monumentos consagrados a su figura.
Los académicos y autoridades locales recordaron al autor de emblemáticas obras como Abrojos, Rimas, Azul, Canto épico a las glorias de Chile, Primeras notas, Cantos de vida y esperanza, Prosas profanas y otros poemas, El canto errante y Lira póstuma.
Las propuestas incluyeron, asimismo, foros virtuales, conciertos de coros y orquestas y conversatorios dedicados a la impronta literaria del también Héroe Nacional, categoría concedida mediante una legislación aprobada en marzo de 2016.
La disposición reconoce su decisión de lucha, sentido de justicia, actitud de entrega y sacrificio a la causa del país, cuyo legado sirvió para forjar a las nuevas generaciones de la patria y la identidad del pueblo: alegre, aguerrido, apasionado, altivo y vibrante.
De acuerdo con el dictamen, el intelectual realizó una exégesis totalizadora de la tierra centroamericana: geografía, historia, riquezas naturales, cultura, letras, tuvo a la mujer como musa eterna y “con su pluma e inteligencia, defendió la soberanía y, con estas mismas armas, logró modernizar la lengua castellana”.
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