Anualmente, acuden más de 45 mil personas a apreciar ese espectáculo de luz y sombra registrado en la alfarda o estructura para sostener la escalera en el castillo y símbolo del descenso del dios maya, vinculado a la fertilización de la tierra y conocido como Serpiente Emplumada.
Los expertos indicaron que la belleza de los triángulos de luz y sombra, registrados en la zona norte, podrá observarse nuevamente del 6 al 22 de septiembre próximo y por el solsticio de invierno, el 21 de diciembre.
Como consecuencia de la pandemia Covid-19, algunas estructuras arqueológicas cerraron para los turistas y el Instituto Nacional de Antropología e Historia determinó la transmisión del equinoccio de primavera en plataformas virtuales y desde cuatro puntos, entre ellos, el complejo de Teotihuacán.
La tradición reunía en ese lugar a miles de personas, muchas de ellas vestidas de blanco, para recibir energías positivas y eliminar las malas vibras; su significado es ‘lugar donde los hombres se convierten en dioses’ y resultó una de las mayores ciudades prehispánicas de Mesoamérica.
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