La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, enmarcó el evento en línea en la necesidad de traducir en acciones concretas el llamado realizado en diciembre pasado por la organización a enfrentar esos flagelos, los cuales consideró una amenaza para la piedra angular de las sociedades: la habilidad de vivir juntos.
El objetivo es trazar una hoja de ruta para la batalla, dijo en el foro convocado a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que se celebra cada 21 de marzo para recordar a las víctimas de la masacre de Sharpeville, Sudáfrica, en 1960.
Azoulay lamentó que el racismo resurja en el actual escenario de la pandemia de la Covid-19 y se propague como un veneno a través de las redes sociales, en las cuales abundan los mensajes de odio y la desinformación.
Es vital la unidad en este combate, al igual que el compromiso colectivo, señaló en el evento organizado en paneles y en el que intervinieron altos funcionarios, diplomáticos, activistas y personalidades de la cultura.
Por su parte, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, advirtió que la pandemia expuso la gravedad del problema de la discriminación, con los afrodescendientes, las minorías étnicas y otros grupos marginados con el peor saldo, un resultado de décadas de desigualdades.
Bachelet denunció al racismo como un obstáculo para el acceso a la educación, el empleo y las oportunidades, y pidió a la comunidad internacional hacer todo lo posible para enfrentarlo.
En la clausura del foro, la subdirectora general de Ciencias Humanas y Sociales de la Unesco, Gabriela Ramos, estimó que los debates aportaron experiencias e ideas para construir una hoja de ruta frente al flagelo.
Ahora estamos mejor equipados, gracias a la contribución de gobiernos, instituciones, activistas y coaliciones, aseveró.
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