Lo importante es distender la situación y para eso todo esfuerzo es valioso, afirmó el canciller al canal de televisión TRT Haber.
Esas declaraciones de Cavusoglu suceden en medio de un conflicto que involucra directamente a Rusia y Ucrania pero en el que este país actúa como mediador para «evitar un desenlace armado», según el ejecutivo.
Como nación tenemos buenas relaciones con ambas partes y seguiremos adoptando medidas para reducir la tensión, afirmó el jefe de la diplomacia de Ankara quien instó a evitar la «política de megáfono» y las «declaraciones innecesarias», como la de una supuesta invasión inminente por parte de Rusia.
Si queremos paz, tranquilidad y desarrollo económico en el área, todos debemos proceder de forma equilibrada. Hay una crisis en el medio y debemos hacer nuestro mejor esfuerzo, enfatizó.
Cavusoglu apuntó que Kiev aceptó la propuesta del presidente Recep Tayyip Erdogan sobre organizar negociaciones ruso-ucranianas aquí, una opción ahora en fase de análisis por Moscú, según sus palabras.
Las declaraciones del jefe de la diplomacia turca suceden en medio de un despliegue militar en zonas fronterizas con Rusia por parte de tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y ocurre tras declaraciones de políticos y medios de comunicación, sin evidencias, sobre una supuesta invasión a territorio ucraniano.
Dmitri Peskov, portavoz de la presidencia rusa, manifestó que tales reportes son infundados y buscan escalar la tensión en la zona, al tiempo que subrayó que su país no representa amenaza para nadie.
El vocero no descartó la posibilidad de provocaciones desde occidente para justificar tales declaraciones y advirtió que los intentos de resolver el problema por la fuerza tendrían graves consecuencias.
En Europa las posturas están divididas y por estos días el tema fue objeto de debate en varios foros y visitas de estado.
El martes se reunieron en Alemania los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y de Polonia, Andrzej Duda, para dialogar con el canciller federal Olaf Scholz sobre la situación en el marco del Triángulo de Weimar.
Ese formato, activado en 1991, sirve para concertar posiciones comunes en cuestiones de cooperación, según el vice portavoz del ejecutivo germano, Christiane Hoffmann, y la cita ocurre cuando las tres naciones asumen puestos de liderazgo a nivel internacional.
Alemania preside el G7 en este primer semestre del año, Francia está al frente del Consejo de la Unión Europea y Polonia encabeza la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
Otros países del área como Bulgaria y Hungría declinaron las presiones y apostaron por el diálogo para zanjar las diferencias entre Moscú y Kiev.
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