Nigeria, que se convirtió en importador neto de derivados luego de las averías en sus cuatro refinerías, vio profundizada la escasez de gasolina cuando se detectó un lote de 300 millones de litros del combustible con exceso de metanol, procedente de Amberes.
Ante esa situación el Parlamento ordenó a la Corporación Nacional de Petróleo de Nigeria (NNPC, por sus siglas en inglés) la suspensión de las licencias de las empresas importadoras que no fueron capaces de detectar la falla: MRS, Emadeb/Hyde/AY Maikifi/Brittania-U Consortium, Oando y Duke Oil.
También pidió a la NNPC que presentara copias de los contratos suscritos de enero a la fecha para verificar que cumplieran estándares internacionales.
La situación que es crítica desde hace dos semanas, sobre todo en Abuja y otras ciudades, fue recién esclarecida la víspera por el director gerente del ente regulador, Mele Kyari, que este jueves debió acudir ante comisiones parlamentarias para explicar sobre los pasos a seguir.
Nigeria, que vio reducida su extracción de crudo de más de dos millones de barriles diariamente a menos de 1,2 millones, importa refinados desde hace dos décadas ante las averías en sus cuatro plantas.
Unido a ello las dificultades en la logística provocan que existan todavía altas cantidades de combustible dañado en las estaciones de servicio mientras las autoridades no se aventuran a poner una fecha para solucionar la crisis.
Mientras tanto, el Gobierno Federal dijo la víspera que inició el proceso de investigación del suministro de combustible adulterado.
De acuerdo con el ministro de Recursos Petroleros Timipre Sylva, el presidente Muhammadu Buhari tras ser informado de la situación dio indicaciones para llegar al fondo del asunto y exhortó a no llegar a conclusiones precipitadas.
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