El ministro se refirió en el programa televisivo Mesa Redonda a la ampliación y perfeccionamiento del sector no estatal, que cada semana incorpora nuevas micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), así como cooperativas no agropecuarias, las cuales deben tener un impacto favorable este año.
Actualmente el país avanza en la creación, registro y entrada en funcionamiento de estas entidades, que ya rozan las dos mil y aportan 30 mil nuevos empleos, señaló Gil. Destacó asimismo las potencialidades que existen, pues alrededor de ocho mil trabajadores por cuenta propia (privados) tienen contratados más de tres empleados, de manera que dichos negocios deben reconvertirse en mipymes o cooperativas.
Además, añadió que cerca del 40 por ciento de las empresas no estatales aprobadas son nuevos emprendimientos.
Este sector debe ser un complemento para la economía, al aportar nuevos productos y servicios, comentó, y agregó que está llamado a generar encadenamientos con las entidades estatales y a promover una competencia que debe dinamizar el desempeño de estas últimas.
El titular de Economía también aludió a la necesaria transformación de las empresas estatales, que a pesar de avanzar en la implementación de las medidas dispuestas para su desarrollo, aún no alcanzan los niveles deseados.
Resaltó que 200 de ellas, con 275 mil trabajadores, ya aplican sistemas de pago no ajustados a las escalas salariales, lo cual es un estímulo a la producción y una fórmula que genera más autonomía, pero al mismo tiempo exige mayor responsabilidad.
Esta posibilidad se ampliará en 2022, dijo el vice primer ministro, y aclaró que dependerá del cumplimiento de los parámetros establecidos.
Sin embargo, más de 500 empresas estatales actualmente tienen pérdidas, algunas como resultado del ordenamiento monetario, que estableció el cambio de 24 pesos por un dólar, en lugar del uno por uno anterior, de manera que quedaron en evidencia distorsiones de su funcionamiento.
“La devaluación de la moneda nacional nos ha permitido transparentar un conjunto de operaciones en la economía que probablemente antes daban utilidades, pero que en realidad no lo eran”, explicó Gil.
Al respecto, manifestó que este año constituye una prioridad revisar una por una las causas que conllevan a una entidad a tener pérdidas, para determinar cuáles son realmente ineficientes y actuar.
El 2022 tiene que ser un año de estremecimiento de la empresa estatal, subrayó el ministro, quien afirmó que pese a la tensa situación económica se mantienen las proyecciones de crecimiento del cuatro por ciento.
msm/kmg