En declaraciones a la cadena BBC el ministro de Salud, Matt Hancock, afirmó que las restricciones a los viajes al exterior son necesarias para evitar la importación de casos positivos a la pandemia y de las nuevas variantes del virus SARS-CoV-2, que podrían poner en peligro la campaña de vacunación en el país.
Bajo las medidas actuales, que expiran la semana próxima, los británicos tienen prohibido viajar al exterior a menos que sea por motivos razonables como trabajo, estudio o acudir a una cita médica o un funeral, entre otros.
La nueva legislación, que por primera vez contempla una multa de esa magnitud para los infractores, será sometida a votación el próximo jueves en el Parlamento, y de ser aprobada, entrará en vigor a partir del lunes venidero.
El cronograma establecido por el Gobierno para el levantamiento del confinamiento en Inglaterra, y que comenzó el 8 de marzo con la reapertura de las escuelas, prevé, no obstante, permitir los viajes de vacaciones al exterior a partir del 17 de mayo, pero esa disposición estaría sujeta al comportamiento de la pandemia tanto a nivel doméstico como internacional.
Interrogado al respecto, Hancock afirmó que esa disposición no ha cambiado, por lo que no descartó que los británicos puedan viajar al extranjero a partir de esa fecha.
El éxito de la campaña de vacunación, con más de la mitad de la población adulta inmunizada con la primera dosis de las vacunas en apenas 100 días, alimenta las esperanzas de la población de poder vacacionar en el exterior durante el verano.
El plan del Gobierno es que para finales de julio todas las personas mayores de 18 años del país, unos 53 millones, hayan tenido la oportunidad de vacunarse contra la Covid-19.
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