Pese a que sus previsiones de que el conflicto estallaría el 16 de febrero, Washington prosigue con advertencias relacionadas con la guerra y destinadas a inflamar aun más las tensiones regionales, señaló el informe.
Está bastante claro que tanto Rusia como Ucrania no tienen ninguna intención de entrar en guerra, pero Washington, con sus dramáticas advertencias y su arte escénico, intenta hacer creer al mundo que la Tercera Guerra Mundial es inminente, valoró Global Times.
Eso sólo tiene sentido, puntualizó, si Estados Unidos tiene mucho que ganar con un escenario tan funesto, y de hecho lo tiene.
Detrás del bombo histérico sobre una posible guerra en Ucrania están las intenciones de Washington de satisfacer el apetito voraz de su complejo militar-industrial, que es el que más gana con una posible guerra, indicó.
Por eso, subrayó, los funcionarios estadounidenses no escatiman esfuerzos para inducir a Rusia y Ucrania a un conflicto militar.
Señaló GT que Washington acabaría siendo el mayor beneficiario de la guerra. En particular, los contratistas de defensa y los fabricantes de armas estadounidenses son los que más ganan con cualquier conflicto en Europa.
La publicación valoró la codicia de la industria bélica y citó al director general de Raytheon, una de las grandes empresas militares, Greg Hayes, quien dijo a finales de enero pasado que veía una posible guerra por Ucrania y los riesgos de seguridad como «oportunidades para las ventas internacionales».
GT valoró el impacto de un conflicto en Europa para la crisis económica que enfrentan los estadounidenses y aseguró que sólo atrayendo los flujos de capital mundial hacia ellos, pueden estabilizarse el precio de los bonos estadounidenses y sobrevivir su economía.
Estados Unidos necesita guerras en el resto del mundo para mantener su complejo militar-industrial, acentuó la publicación.
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