En un reporte, denunciaron que mientras 63 franceses dueños de un gran patrimonio financiero emiten tantos gases de efecto invernadero como la mitad de los hogares del país, el Estado opta “por mirar hacia otro lado”.
Esos multimillonarios lanzan con sus negocios el equivalente de 152 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono, el cual propicia el calentamiento global, la misma cantidad que emiten Dinamarca, Finlandia y Suecia juntas, subrayaron.
De acuerdo con los estimados de Oxfam y Greenpeace, solo la familia Mulliez es responsable de tantas emisiones de gases contaminantes como el 11 por ciento de los hogares franceses o toda la población de Nueva Aquitania, región habitada por cerca de seis millones de personas.
El reporte precisa que se trata de una nueva manera de medir las consecuencias ambientales de la participación de multimillonarios en empresas contaminantes.
Antes se calculaban las emisiones de gases de efecto invernadero de su estilo de vida y consumo a través de sus yates, aviones privados y otras fuentes, acota.
Oxfam y Greenpeace repudiaron que los franceses sean convocados a hacer mayores esfuerzos frente al cambio climático, mientras las grandes empresas no están sujetas a obligaciones destinadas a proteger el planeta.
Semejante desigualdad pone en tela de juicio el desafío colectivo de la transición ecológica, ya que la «fiscalidad del carbono» pesa de manera desproporcionada sobre los más pobres, en relación con los más ricos, cuestionaron.
Las organizaciones ambientalistas reclamaron un impuesto adicional para las empresas que no respeten el Acuerdo de París contra el cambio climático, lo cual a su juicio aportaría 17 mil millones de euros a las finanzas públicas en Francia.
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