Patrick J. Buchanan, autor del libro de Churchill, Hitler y «La guerra innecesaria»: Cómo Gran Bretaña perdió su imperio y Occidente perdió el mundo, analizó la crisis ucraniana en un artículo que publicó en www.original.antiwar.com. ¿Provocamos la guerra de Putin en Ucrania?.
«Cuando Vladimir Putin, de Rusia, exigió que Estados Unidos descartara a Ucrania como futuro miembro de la OTAN, Estados Unidos respondió con ardor: La OTAN tiene una política de puertas abiertas. Cualquier nación, incluida Ucrania, puede solicitar la adhesión y ser admitida. No vamos a cambiar eso», citó el analista.
En la declaración de Bucarest de 2008, explicó, la OTAN puso a Ucrania y a Georgia, cada vez más al este del Cáucaso, en la senda de la adhesión y de la cobertura en virtud del artículo cinco del tratado, que declara que un ataque a cualquier miembro es un ataque a todos.
Al no obtener una respuesta satisfactoria a su demanda, Putin actuó y zanjó la cuestión. Ni Ucrania ni Georgia se convertirán en miembros de la OTAN, señaló Buchanan.
Putin hizo exactamente lo que nos había advertido que haría. Sea cual sea el carácter del presidente ruso, que ahora se debate acaloradamente aquí en Estados Unidos, estableció su credibilidad. Cuando Putin advierte que hará algo, lo hace, acentuó. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Y a dónde vamos desde aquí?, preguntó el autor estadounidense en su aproximación al tema.
¿Cómo hemos llegado al punto en el que Rusia -creyendo que está entre la espada y la pared y que Estados Unidos, acercando cada vez más la OTAN, la ha puesto allí- ha llegado a elegir la guerra con Ucrania en lugar de aceptar el destino y el futuro que cree que Occidente tiene reservado para la Madre Rusia?, agregó.
Entre otras de sus valoraciones el experto abordó la desaparición de la Unión Soviética durante los gobiernos de Mijaíl Gorbachov y Boris Yeltsin y cómo el primero puso fin a la Guerra Fría en Europa eliminando todas las causas del lado de Moscú de la división histórica, sin embargo, subrayó, la OTAN se desplazó hacia el este.
En ese año, 1999, Putin vio cómo Estados Unidos llevaba a cabo una campaña de bombardeos de 78 días sobre Serbia, la nación balcánica que fue históricamente un aliado soviético.
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