Hua Chunying, vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo que ese argumento es una mentira promovida por fuerzas contrarias a Beijing, enfocadas en socavar la estabilidad aquella zona y de paso frenar el desarrollo nacional.
Comentó sobre el empleo de maquinarias para cosechar 40 por ciento del algodón en la región autónoma uigur y cómo el desarrollo del sector beneficia a la población local, con fuerte presencia de musulmanes.
Deploró que multinacionales como la sueca Hennes & Mauritz (H&M) acepten rumores acerca de presuntos abusos laborales en Xinjiang para cesar la adquisición del producto.
Según aseguró, China da la bienvenida al empresariado extranjero a hacer negocios en su mercado, pero no aceptará nunca ‘ataques maliciosos basados en mentiras y destinados a dañar sus intereses’.
Hua consideró una respuesta patriótica la actual controversia surgida en las redes sociales del país y el llamado a boicotear productos de H&M y otras firmas como Gap, Nike, Adidas, Burberry, Uniqlo y New Balance.
‘Es natural y común ver a los ciudadanos chinos molestarse al enfrentar acusaciones sin fundamento’, acotó, al indicar que a los compatriotas se preocupan por cuidar del honor y la dignidad del país.
Aparte de la Cancillería, el Ministerio de Comercio y las asociaciones nacionales del Algodón y la de Consumidores condenaron las restricciones de Occidente a bienes procedentes de Xinjiang, denunciaron el impacto en la economía y exigieron revocarlas.
H&M enfrenta aquí una fuerte polémica al revelarse un comunicado del año pasado, en el cual anunciaba la suspensión del uso de algodón de la región autónoma por el supuesto uso de trabajo forzoso en el sector.
Los principales sitios del comercio electrónico en China (Tmall, Jingdong y Pingduoduo) sacaron de sus catálogos todas las ofertas de la reconocida firma de modas y, según la prensa local, afamadas celebridades rompieron contratos de publicidad con ella.
La opinión pública aquí, medios de prensa y hasta la Liga juvenil del Partido Comunista de China rechazaron las declaraciones, mientras muchos comentarios en las redes sociales como Sina Weibo y WeChat denunciaron que se trata de acusaciones ofensivas y cargadas de prejuicio.
El lunes pasado la Unión Europea, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos anunciaron sanciones a individuos e instituciones del país asiático alegando el presunto abuso a las minorías étnicas de Xinjiang.
Beijing reciprocó las de Bruselas, rechazó los señalamientos de violación de derechos humanos y reiteró que no admitirá chantajes ni injerencia en un tema de índole interna.
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