A través de un comunicado de prensa, el Ministerio de Turismo y Antigüedades informó que el hallazgo fue realizado por la misión arqueológica que trabaja en el área de Tel al-Kidwa (dunas del Kidwa) y está dirigida por Ramadan Helmy.
Es la primera vez que se descubren en esa región pozos de agua que datan de la época, pues los científicos solo tenían como evidencia los relieves grabados en los muros del Templo de Karnak en tiempos de Seti I, explicó Mustafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades.
Se encontraron cinco pozos ubicados fuera de los muros del castillo de Tel al-Kidwa, confirmó el experto, y todo sugiere que la mayoría de ellos fueron destruidos deliberadamente y rellenados con arena amarilla de la zona para que los invasores persas no pudieran usarlos.
Por su parte, E. Ayman Ashmawy, jefe del Sector de Antigüedades Egipcias del Consejo Supremo de Antigüedades, señaló que el único pozo que sobrevivió se construyó de una manera poco convencional, ya que se excavó en la arena y en su interior se colocaron anillos de cerámica uno encima del otro.
«Su diámetro es de aproximadamente un metro y tiene tres aberturas laterales que ayudan a descender y ascender del pozo», precisó Ashmawy.
Tras excavar tres metros, la misión descubrió 13 anillos de cerámica y muchas vasijas del mismo material que datan de la dinastía XXVI, añadió el funcionario.
Asimismo, Nadia Khaledr, jefa del Departamento Central de Antigüedades del Bajo Egipto, comentó que dentro del fuerte se halló un almacén que tiene 12 metros de largo y cuatro de ancho, en cuyo interior había una serie de vasijas de barro que se colocaban una encima de la otra y servían como desagües de agua.
Según el comunicado, la misión también encontró restos de hornos que incluían formas circulares de aleación de cobre, así como piezas de fuelles de cerámica que se utilizaban en los procesos de fundición.
Tel al-Kidwa es uno de los sitios más importantes de la arquitectura militar egipcia durante la vigesimosexta dinastía en el Sinaí del Norte, destacó a su vez Hisham Hussein, director general de Antigüedades del Sinaí.
Con una longitud de 220 kilómetros, el Camino Militar de Horus es una de las vías más antiguas que unía Egipto y Palestina, y aparece reflejado en los textos faraónicos desde la época del Imperio Antiguo.
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