El jefe del Ejecutivo ruso precisó que Washington y sus acólitos pasaron de la persecución de políticos y estructuras empresariales específicos a restricciones más amplias que impactan en la vida de la población.
Recordó que, ante las amenazas de sanciones cada vez mayores, el Gobierno adoptó en los últimos años una serie de decisiones para apoyar el desarrollo de la producción nacional y los procesos de sustitución de importaciones.
“Bajo las condiciones actuales, considero necesario activar las herramientas existentes”, subrayó.
Puntualizó que la implementación del decreto aprobado la víspera por el presidente ruso, Vladimir Putin, sobre medidas especiales en respuesta a las sanciones apoyará al rublo y a estabilizar los mercados.
Recordó que, según la orden, los residentes rusos no pueden otorgar préstamos a extranjeros en monedas extranjeras y los exportadores tendrán que convertir en rublos el 80 por ciento de sus ingresos en divisas obtenidos a partir del 1 de enero de 2022.
Desde el 1 de marzo, los residentes rusos no pueden transferir fondos a cuentas extranjeras, ni pagar préstamos en bancos extranjeros.
Mishustin manifestó su confianza en que la presión de las sanciones sobre Rusia acabe disminuyendo.
“Esperamos que quienes han invertido en nuestro país puedan seguir trabajando en él. Confío en que la presión de las sanciones disminuirá y ganarán los que no frenen sus proyectos en nuestro país cediendo a las consignas de los políticos extranjeros”, señaló.
Después que el mandatario ruso anunció una operación militar en Ucrania el 24 de febrero, Occidente aumentó el número de medidas económicas unilaterales contra la nación euroasiática.
Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Japón y los países de la Unión Europea apuntaron a sectores clave del comercio, las finanzas, la energía, las exportaciones y la aviación de Rusia.
Las medidas se extendieron al propio jefe de Estado y al ministro de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov, establecieron la desconexión de algunos bancos del sistema Swift, el cierre del espacio aéreo europeo y de otros países para sus aerolíneas y la paralización de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia.
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