De acuerdo con el nuevo Índice sobre Terrorismo Global publicado este martes por la entidad, el 48 por ciento de las muertes atribuidas a ese flagelo en el mundo el año pasado ocurrieron en los países que conforman la llamada franja del Sahel (Mauritania, Senegal, Malí, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Camerún, Chad, Sudán y Eritrea).
El IPC apuntó que la pobreza, la falta de agua y alimentos, el impacto del cambio climático, el incremento de la población y la existencia de gobiernos débiles son caldo de cultivo para la proliferación de los grupos terroristas en esa región.
Señaló además que la situación se complica aún más porque muchas organizaciones criminales que operan en la zona se presentan como insurgentes islámicos.
El estudio realizado por el tanque pensante con sede en Australia y filiales en varios países arrojó, no obstante, que a nivel global hubo menos muertes a causa del terrorismo en 2021, pese a registrarse un mayor número de ataques.
Según el Índice Global, los 10 países más afectados por el terrorismo en 2021 fueron Afganistán, Iraq, Somalia, Burkina Faso, Siria, Nigeria, Mali, Níger, Myanmar y Pakistán, mientras que 86 naciones reportaron una mejoría con respecto a años anteriores, y dos tercios no sufrieron ataques terroristas.
En Europa y Estados Unidos se contabilizaron 113 y siete incidentes, respectivamente, lo que significó una caída del 68 por ciento con respecto a la cifra récord registrada en 2018.
Al respecto, el fundador y director del IEP, Steve Killelea, comentó que la disminución del terrorismo en Occidente coincidió con la pandemia de Covid-19, que trajo consigo restricciones al movimiento de las personas, por lo que alertó que tras la eliminación de esas medidas podría ocurrir un aumento de la actividad terrorista.
Tras apuntar que el terrorismo se está concentrando cada vez más en las zonas de conflicto, el experto advirtió sobre la posibilidad de que la lucha global contra ese flagelo se vea opacada por la atención internacional que genera la crisis actual en Ucrania.
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