Por medio de un comunicado, el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Medio Oriente, Tor Wennesland, manifestó que cada muerte es trágica y cada lesión es lamentable, pero la pérdida o herida de un niño es particularmente devastadora.
El alto representante de Naciones Unidas lamentó que la semana pasada, la violencia diaria se cobrara la vida de seis palestinos, incluido un infante.
Además, recalcó, los menores de edad nunca deben ser objeto de violencia ni ponerse en peligro.
En esta situación volátil, dijo Wennesland, todos los involucrados deben abstenerse de acciones y provocaciones que alimenten las tensiones, y urge ejercer la máxima moderación.
“No puede haber justificación para la violencia o el terror, que deben ser condenados por todos. Las fuerzas de seguridad israelíes deben usar la fuerza letal solo cuando sea estrictamente inevitable para proteger la vida”, señaló.
En ese sentido, el alto representante de la ONU hizo un llamado a los líderes políticos, religiosos y comunitarios para que rechacen la violencia y se pronuncien contra quienes intentan inflamar la situación.
A inicios de este mes, el canciller palestino, Riyad Al Maliki, reclamó a varias instituciones de la ONU actuar para detener los crímenes israelíes contra los habitantes de la franja de Gaza y Cisjordania.
Durante un encuentro en Ginebra con Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Al Maliki detalló los recientes ataques de Tel Aviv y llamó a ese organismo a interesarse por los miles de presos palestinos detenidos en prisiones israelíes.
Ese diálogo se realizó al margen del 49 período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, que se desarrolla en esa ciudad suiza.
Asimismo, el ministro palestino de Relaciones Exteriores condenó las continuas infracciones de la potencia ocupante, Israel, que incluyen detenciones arbitrarias y una estrategia de colonización.
También ante el Consejo de Derechos Humanos, el canciller palestino criticó el doble rasero imperante en el mundo al denunciar la manipulación de los derechos humanos y de las normas internacionales, como lo demuestran las políticas hacia el Gobierno de Tel Aviv.
La realidad de millones de víctimas de violaciones atroces de los derechos humanos continúa deteriorándose, se les niega la justicia, mientras la cultura de la impunidad está cada vez más arraigada, afirmó Al Maliki.
Al respecto, lamentó que “la rendición de cuentas se busca a gritos cuando es políticamente conveniente y se lucha contra ella con tanto fervor cuando el culpable es políticamente favorecido”.
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