Las protestas comenzaron temprano, cuando decenas de maestras —acompañadas de sus colegas varones— marcharon desde la antigua sede del Ministerio de Educación, en el sector capitalino de Hato Rey, hasta el edificio donde la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) tiene sus oficinas, en la zona bancaria.
El propósito, dijo Mercedes Martínez, presidenta de la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR), era sostener una reunión acordada con los miembros del organismo impuesto por Washington para discutir el futuro de las pensiones de los docentes.
Sintieron miedo ante ustedes, dijo la dirigente sindical integrante del Frente Amplio en Defensa de la Educación Pública (Fadep), que incluye otros gremios, al hablar a los manifestantes.
La Junta, explicó, las recibirá esta misma semana pero con la condición de que no lleguen con una manifestación como la realizada en esta oportunidad a tono con el 8 de Marzo.
La dirigente de Educamos, Migdalia Santiago, explicó que accedieron al pedido de los representantes de la JSF, porque “no queremos darles un pretexto para que nuevamente no se produzca la reunión”.
Santiago, otra de las portavoces del Fadep, expuso que el reclamo en que insisten es en que no se recorten las pensiones y que se mantenga el sistema que imperaba cuando ingresaron al sistema de educación pública.
Más tarde, esta vez desde el edificio principal de la Policía de Puerto Rico, cientos de mujeres con el respaldo solidario de hombres, marcharon hasta la sede de la JSF, pasando previamente por el edifico federal.
La Coalición 8 de Marzo, la Organización Puertorriqueña de Mujer Trabajadora (OPMT) y otros grupos se aglutinaron para hacer patente la desatención de la Policía a sus denuncias, lo que en múltiples ocasiones a costado la vida de una fémina a manos de su pareja o empareja.
“Nosotras vivimos en unas situaciones de violencia que no son solamente violencia doméstica, sino es violencia institucional”, aseguró la profesora de Derecho Yanira Reyes, de la Coalición 8 de Marzo.
La coordinadora de la OPTM, Josefina Pantoja-Oquendo, tuvo a su cargo el discurso central frente a la sede de la JSF, donde también se produjo un evento cultural con alrededor de 30 mujeres denominadas Barrileras, que tocan los barriles a la vez que interpretan canciones de denuncia social.
La protesta, que transcurrió sin incidentes a pesar de la gran cantidad de policías desplegados, estuvo dedicada a la recién fallecida feminista y combatiente social María Dolores “Tati” Fernós, que además fue la primera Procuradora de la Mujer, cuando se creó esa oficina hace varios años.
rgh/nrm