El diario Al Ahram precisó que la medida fue adoptada por el Ministerio de Comercio e Industria, e incluye la venta al exterior de habas, lentejas, pasta y todo tipo de harina.
Esta nación norafricana, con 103 millones de habitantes, es el mayor importador de trigo del mundo con 5,5 millones de toneladas el pasado año, y el 80 por ciento de esa cifra provino de Rusia y Ucrania.
Según un reciente informe del Departamento de Agricultura norteamericano, ambos países representan un 29 por ciento de las exportaciones mundiales del grano.
Hace unos días, el ministro de Finanzas Mohamed Maait estimó durante una entrevista con la agencia de noticias Bloomberg que aumento de los precios mundiales de ese cereal costará a Egipto de 700 a 950 millones de dólares adicionales.
No obstante, el jefe de Gobierno Mostafa Madbouly afirmó el miércoles último que los precios de ese alimento crecieron un 17 por ciento en esta nación en comparación con el 48 por ciento registrado como promedio en el planeta.
Madbouly aseguró que Egipto tiene suficientes reservas de trigo para culminar el año.
Las reservas estratégicas actuales son suficientes para cubrir los próximos cuatro meses y se espera que tras la recogida de la siembra local, que comienza a mediados de abril, sumen cinco meses más.
El pasado fin de semana el titular de Abastecimiento y Comercio Interior, Mohamed Moselhi, minimizó los temores sobre una interrupción en el suministro debido la guerra.
Produciremos 5,5 millones de toneladas de trigo en la próxima temporada, dos millones más que lo alcanzado en 2021, aseguró.
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