Franco, del Partido Socialismo y Libertad, y su chofer Anderson Gomes, fueron ultimados en una céntrica zona carioca en la noche del 14 de marzo de 2018.
Trece disparos de una subametralhadora HK MP5, de alta precisión y utilizada solo por fuerzas policiales de élite, alcanzaron el vehículo en que se trasladaban.
Las familias de ambos aseguran haber perdido la esperanza en el esclarecimiento del crimen y este lunes se realizarán dos actos por la fecha.
El primero, titulado Amanecer para Marielle, ocupará la escalinata del Ayuntamiento de Río y un segundo será una misa en la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria en el mismo territorio.
Fundado por la familia de la parlamentaria, el instituto con su nombre organizó asimismo el Festival Marielle Franco, que se celebrará en el Circo Voador, en el vibrante y bohemio barrio carioca de Lapa.
Según la cuarta edición de la encuesta Donde yace la impunidad, realizada por el Instituto Sou da Paz (Soy de la Paz), solo se resuelve un 44 por ciento de los homicidios en Brasil.
Hasta esta jornada no hay claridad sobre quién fue el responsable intelectual de la transgresión fatal investigada por la Policía Civil y el Ministerio Público de Río.
Durante todo este periodo, la indagación apunta a la participación de milicianos de las fuerzas de seguridad.
A propósito de mil 461 días del hecho de sangre, la Fiscalía de Río sospecha que el autor intelectual del crimen fue el concejal Cristiano Girão o el consejero del Tribunal de Cuentas del estado Domingos Brazão.
Girão está vinculado a grupos milicianos y permanece en prisión; Brazão se enfrenta a un proceso por obstrucción a la justicia.
El 14 de marzo de 2019, el policía retirado Ronnie Lessa y el exoficial militar Élcio Queiroz fueron arrestados bajo los cargos de ser los autores materiales del crimen.
La motivación del homicidio aún no está clara, pero según denuncias, Franco fue asesinada por su militancia a favor de los derechos humanos.
De acuerdo con autoridades cercanas a la investigación, las razones que llevaron a los ataques mortales estaban vinculados a las causas que la activista defendía.
El caso tuvo repercusión internacional y convirtió a la socióloga y feminista en un símbolo político en la lucha por los derechos humanos y la mayor participación de las mujeres negras en los espacios de poder en Brasil.
Después de cuatro años, la pregunta: «¿Quién mandó a matar a Marielle Franco?» sigue sin respuesta.
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