Según el comunicado, estas compañías siguen viajando a Azerbaiyán, Armenia, Belarús, Kirguistán, Emiratos Árabes Unidos, Tayikistán, Turquía y Uzbekistán, con una frecuencia agregada de unos 250 por semana.
La cartera rusa de Transporte detalló que en los vuelos fuera de las fronteras nacionales las aerolíneas utilizan naves que no tienen riesgo de ser detenidas en el extranjero, incluidos 147 aviones rusos Sukhoi Superjet 100.
Explicó que al país continúan llegando vuelos de 29 aerolíneas de Argelia, Armenia, Baréin, Belarús, Israel, India, Iraq, Kazajastán, Kirguistán, Marruecos, Mongolia, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Serbia, Siria, Tayikistán, Turkmenistán, Turquía, Uzbekistán y Venezuela.
El pasado 28 de febrero, la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia (Rosaviatsiya) informó que el país decidió cerrar su espacio aéreo a 36 naciones y territorios en respuesta a similar medida contra los aviones rusos.
El Reino Unido cerró su espacio aéreo a las aeronaves de este país el 24 de febrero, a raíz del inicio de la operación militar rusa en Ucrania.
Tres días después, los 27 estados miembros de la Unión Europea aprobaron similar medida para el uso del espacio aéreo comunitario, a la que también se unieron Canadá y Estados Unidos, entre otros.
La víspera, la dirección del aeropuerto Sheremétievo de Moscú cerró sus terminales internacionales D y E, suspendió el uso de su tercera pista y congeló todos sus proyectos de inversión debido a un fuerte descenso del tráfico aéreo.
Las autoridades nacionales aprobaron un grupo de disposiciones económicas y financieras para hacerle frente a las medidas aplicadas contra el país desde mediados del mes pasado.
Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Japón y los miembros de la Unión Europea impusieron más de dos mil 800 nuevas sanciones a Rusia, las cuales apuntan a sectores clave del comercio, las finanzas, la energía, las exportaciones, la aviación y el espacio.
Las restricciones incluyeron la desconexión parcial de bancos rusos del sistema internacional de pagos Swift, el cierre del espacio aéreo para sus aerolíneas, la paralización de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia y el embargo a las compras de petróleo por Washington.
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