Al intervenir en una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la crisis libia, Al-Sunni advirtió sobre la fractura que sufre su país pese al Acuerdo de Ginebra, firmado a finales de 2020 para poner fin a la guerra civil.
Esta situación es el resultado de disputas políticas alimentadas por muchas intervenciones internacionales, denunció el funcionario, citado por la prensa nacional.
Sin mencionar ningún Gobierno en particular, Al-Sunni subrayó que Libia se convirtió en rehén de intereses extranjeros.
El problema no es solo legal, sino político y social que se acumuló durante años, manifestó.
El panorama en esa nación norafricana se deterioró desde el pasado mes tras el nombramiento de Fathi Bashagha como primer ministro interino en sustitución de Abdel Hamid Dbeibah, quien rechazó entregar el poder antes de los comicios. La Cámara de Representantes, con sede en la oriental ciudad de Tobruk, escogió a Bashagha, de 59 años, en reemplazo de Dbeibah al estimar que el mandato de este último expiró el 24 el diciembre último, fecha escogida en un principio para celebrar las elecciones presidenciales.
Sin embargo, los comicios fueron aplazados debido a profundas diferencias en torno a varios candidatos, la falta d seguridad y problemas técnicos.
Hasta el momento no hay fecha para su celebración, y todo apunta que se efectuarían el próximo año.
Esta nación vive una espiral de violencia desde el derrocamiento de Muamar al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, entre ellos, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.
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