Las incursiones en la zona este de la urbe, y en especial en el interior de la Explanada de las Mezquitas, es una constante en los últimos tiempos, expresó Sabri, quien ocupó el cargo de Gran Muftí (jurisconsulto musulmán sunita) de Palestina desde 1994 hasta 2006.
Asimismo, condenó las expulsiones de familias palestinas de los barrios de Sheikh Jarrah y Silwan, epicentros de las luchas contra la ocupación en la zona oriental de la metrópoli.
Sheikh Jarrah seguirá siendo la antorcha de la resistencia en Palestina, aseguró Ikrima.
Ese barrio ganó notoriedad internacional por las masivas manifestaciones del pasado año, cuando los tribunales israelíes reanudaron las órdenes de confiscación de viviendas de cuatro familias que residen allí desde hace generaciones.
La batalla legal y política en torno al caso devino símbolo sobre el futuro de esa parte de la ciudad, que los palestinos reclaman como la capital de su futuro Estado, una postura apoyada por la mayoría de los países.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios reveló el pasado mes que casi 220 familias palestinas, que suman 970 personas, están amenazadas con la expulsión de sus viviendas en Jerusalén Este por parte de las autoridades israelíes.
El ejército de la vecina nación ocupó la zona oriental en la guerra de 1967, y desde entonces mantiene bajo su control el territorio pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
De hecho, en 1980 las autoridades israelíes declararon a toda la urbe como la capital eterna e indivisible del país, una postura rechazada por la comunidad internacional.
Según diversas organizaciones no gubernamentales, unos 200 mil colonos israelíes viven en esa área y más de 490 mil en el resto de la ocupada Cisjordania.
mem/rob