En un reportaje publicado en el diario Folha de Sao Paulo se asegura que, además de la política de costos de los carburantes de la empresa estatal de economía mixta Petrobras, Lula también recordará legados de sus dos mandatos (2003-2011).
Asimismo, mencionará la creación de Bolsa Familia (programa para combatir la pobreza y desigualdad).
Tales «temas aparecen en los guiones de las primeras piezas que grabaron y que saldrán a la luz en marzo», certifica la publicación.
El 26 de febrero comenzó la propaganda partidaria gratuita en radio y televisión en el ámbito nacional para el primer semestre del año.
Según el portal Brasil de Fato, la subida de los valores de los combustibles y derivados del petróleo es consecuencia de la política de paridad de precios de importación, implantada en Petrobras tras el golpe parlamentario judicial de 2016 contra la expresidenta Dilma Rousseff.
Ese complot pretendía transferir la renta petrolera de la sociedad a los accionistas minoritarios de Petrobras y a otros grupos de interés, como los importadores de hidrocarburos y las petroleras internacionales.
Por eso, agrega el sitio, los automovilistas pagan más por la gasolina, los camioneros por el diésel y las amas de casa por el gas de cocina, mientras los accionistas de Petrobras reciben dividendos millonarios, al igual que sus directivos, incluidos los generales, quienes reciben voluminosas primas.
Favorito en todas las encuestas de opinión rumbo a las votaciones de octubre, Lula afirmó ayer que, con 76 años, no «tendría razones para volver» a aspirar a la presidencia, aunque «precisa hacerlo» para «derrotar al fascismo» en el sufragio, en clara alusión a la administración de Jair Bolsonaro, quien pretende reelegirse.
El exdirigente obrero visitó este sábado un campamento del Movimiento de los Sin Tierra en el sureño estado de Paraná y dejó entrever que será pretendiente presidencial del PT.
«Yo preciso ser candidato, y no es por arrogancia», sino porque «nunca antes este país precisó tanto a un gobernante que «piense de verdad en el pueblo», aseveró.
Para Lula, quien recuperó todos sus derechos políticos en marzo de 2021, «no hay uno de mis adversarios que entienda del alma del pueblo brasileño como yo, que mal hablo portugués».
Comentó que, entre los posibles abanderados al poder, es el «único que sabe lo que es el piso de una fábrica, quedarse desempleado, sentarse a la mesa sin tener qué comer o no tener ni mantequilla para ponerle a un pan».
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