El primer incidente ocurrió el pasado domingo en Kaduna (norte), capital del estado del mismo nombre, con saldo de 25 muertos, un número impreciso de heridos, varios secuestrados y viviendas destruidas, según las cifras facilitadas por fuentes oficiales.
Acciones similares fueron reportadas desde las ciudades de Agban, Tsomje y Mararaba en la localidad de Kaura, localizadas en el norte
Los protagonistas de los ataques armados son pastores fulani, de confesión musulmana, que abandonan sus territorios tradicionales debido a la sequía que agosta los pastos y en su camino disputan territorios a los granjeros, cristianos y animistas, acorde con reportes coincidentes de las autoridades y testigos.
La relación de víctimas fatales la completan sendas incursiones contra las aldeas de Agban, Tsomje y Mararaba en Kaura, también en el norte nigeriano, reportadas por fuentes oficiales en el terreno.
El conflicto entre ganaderos y campesinos es otro de los quebraderos de cabeza del Gobierno del presidente Muhammadu Buhari, enfrentado también con la creciente actividad de delincuentes armados que saquean aldeas y secuestran civiles para cobrar rescates en metálico.
Las acciones de los grupos islamistas Boko Haram, asentado en el estado de Borno (noreste), y su escisión Estado Islámico en la Provincia de África Occidental, basado en el lago Chad, asimismo complican la situación en Nigeria, primer productor africano de petróleo.
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