Durante su intervención –vía telemática- en la 66 Comisión de Naciones Unidas sobre el Estatus Jurídico de la Mujer, la funcionaria recalcó que la desigualdad se agudiza a medida que se profundizan las políticas económicas liberales.
Advirtió además que en América Latina y el Caribe, donde -según su criterio- el modelo de desarrollo económico basado en la extracción de energías naturales está agotado, corren mayor peligro las personas que defienden los derechos humanos y el medio ambiente.
Las comunidades que están muchas veces lideradas por mujeres indígenas que defienden la tierra, son el blanco de los ataques. La violencia contra las mujeres defensoras es un continuo, recalcó.
En las ponencias en el evento, se criticó también la violencia política que sufren las mujeres que promueven e impulsan transformaciones feministas y se exigió que todas las vidas sean dignas de ser vividas.
La ministra de Igualdad de España, Irene Montero, fue más allá y apostilló que el capitalismo es un sistema incompatible con la vida, antes de acusar a los centros de poder de extrema derecha de suscitar esa violencia política frente a los derechos de las mujeres y de las feministas, líderes de procesos colectivos.
Finalmente, entre los acuerdos quedó plasmada la necesidad de promover aún más la agenda de igualdad de género, así como el acercamiento entre los países.
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