«Lo que se veía como una gran oportunidad para las víctimas del conflicto armado producto del Acuerdo Final de Paz firmado en 2016, resultó ser, en muchos casos, la continuación de una política tradicional exclusiva, de vínculos y sucesiones de poder de los partidos tradicionales», subrayó el Observatorio.
Añadió que la situación hasta el 14 de marzo con los registros preliminares y antes del escándalo por irregularidades en el proceso de conteo, reflejaba que ocho de las 16 Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz para la Cámara de Representantes tenían problemas de legitimidad.
Además, críticas o problemas por investigaciones a sus candidatos, añadió el Observatorio que es parte del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
Puntualizó que ocho días después se reconocieron y avalaron 11 de esas curules, sin embargo, seis de ellas «tienen embrollos en sus elecciones, que van desde compra de votos, relaciones con alcaldes, diputados y gobernadores, hasta sorpresivos reconocimientos como víctimas de los candidatos a solo meses de las elecciones.»
«Hoy, líderes que se movilizaron en medio de sus campañas sin garantías de seguridad e impulsados realmente por el reconocimiento de sus comunidades y afectaciones, se ven enfrentados a las maquinarias políticas con poder económico, que históricamente han tomado la vocería sin legitimidad de sus territorios», enfatizó.
A ello se suma la ineficacia de las instituciones garantes de las elecciones, recalcó el Observatorio de Indepaz.
Las 16 Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz, es una figura legislativa creada en el marco de los Acuerdos de Paz firmado en 2016, avaladas en 2021 por la Corte Constitucional.
Permiten que víctimas y comunidades afectadas por el conflicto armado tengan representación en el Congreso y puedan transmitir al país sus preocupaciones e iniciativas durante los períodos legislativos 2022-2026 y 2026-2030.
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