El edicto aplica para los conductores de ambos trenes colisionados y otros seis sospechosos pendientes a investigación, entre los cuales figuran los ayudantes de los maquinistas, así como directivos y operarios del sistema de ferrocarril de Maragha y Asyut.
La decisión del fiscal Hamada al-Sawy se basó en los testimonios de 133 pasajeros a bordo de los expresos Asuán-El Cairo y Luxor-Alejandría el día del siniestro, según versa el comunicado divulgado en la página de Facebook de la instancia judicial.
Además, las autoridades estudiaron el movimiento de los trenes y escucharon las grabaciones de la comunicación entre las cabinas y las torres de observación antes del fatal accidente.
Por el momento, las averiguaciones continúan en la zona del desastre en aras de determinar hasta qué punto existen allí las condiciones creadas para aplicar controles automáticos, sin que ocurran hechos lamentables.
Minutos después del suceso, el presidente Abdel Fattah El-Sisi trasmitió su más sentido pésame a los familiares de las víctimas y exigió la rendición de cuentas de los responsables, a quienes prometió un ‘castigo disuasorio’ sin excepciones.
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