Los pocos transeúntes que como tradición se encuentran los domingos en las entrecalles capitalinas, constató Prensa Latina, aplaudían a su paso la larga hilera de coches que recorrió céntricas avenidas, en jornada de amor por la isla, según los organizadores de la iniciativa a nombre de un pequeño país asediado por la mayor potencia del mundo, sin lograr rendirlo de hambre.
La séptima caravana contra la hostil política de cerco económico, comercial y financiero que Washington se empecina en recrudecer contra la nación antillana en medio de una pandemia estremecedora, no fue más de lo mismo en relación con sus seis ediciones anteriores, de acuerdo con sus patrocinadores.
Jorge Guerra, de la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en Panamá(Amcrp), promotora de estas caravanas, aseguró en improvisado mitin en el parque Belisario Porras, justo al lado del busto al Héroe Nacional, José Martí, que estas acciones ya se organizan por sí solas, cada vez con mayor participación de organizaciones solidarias y amigos de Nicaragua, como su embajador aquí Marvin Ortega, entre otros.
En la concentración, que también contó con la presencia de la embajadora cubana, Lydia Margarita González, junto a miembros de esa legación diplomática, el presidente de la Amcrp, Humberto Pérez, leyó una declaración en la que, además, llamó la atención sobre prácticas migratorias discriminatorias contra sus compatriotas dentro y fuera del país de origen.
En las últimas semanas, un grupo de cubanos afronta dificultades al intentar viajar a países de la región, a lo que se añade la exigencia de obtener visas para visitar o hacer tránsito en algunos de estos, como Panamá.
Al respecto, la Amcrp reiteró que respalda todas las medidas encaminadas a garantizar una emigración ordenada y segura de los connacionales, con excepción de aquellas que les afectan.
También estimó que el cese de las injustas sanciones que pesan sobre la familia cubana, la regularización de los servicios consulares de Estados Unidos en La Habana y el cumplimiento de los acuerdos que en materia migratoria tiene adoptado con el gobierno de la Isla, serán la única garantía de una migración ordenada y segura.
Una de las participantes en la caravana, la joven abogada Lilian Ruiz, de la Coordinadora Nacional de Solidaridad con Cuba en Panamá, aseveró que esta acción conjunta refuerza la voluntad de aprovechar cada espacio para pedir el cese de una injusta medida, y que Naciones Unidas cumpla con el mandato de su Asamblea General en respaldo mayoritario a esa demanda.
La séptima caravana contra el obsoleto cerco estadounidense a la isla no tuvo mejor colofón que reunir a sus participantes en la casa de la Cultura Cuba-Panamá, La Vitrina, espacio para el intercambio de creadores, pero también punto de encuentro de todos aquellos que admiran la resiliencia de un pequeño país decidido a labrar presente y futuro, con o sin bloqueo.
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