Sin mencionar el encuentro, que abrió este domingo sus puertas y concluirá mañana en el sur de Israel, el Ministerio de Relaciones Exteriores denunció que esa nación se aprovecha del miedo de los árabes a Irán para desviar la atención de sus acciones sobre el terreno.
Israel pretende mostrar que su política exterior se centra en el programa nuclear iraní, pero su “enfoque real es la liquidación de la causa palestina”, aseguró un comunicado de esa cartera.
La Cancillería palestina manifestó que con la nueva alianza, ese Gobierno tiene como objetivo encubrir sus crímenes sobre el terreno, incluida la expansión de las colonias y la judaización de Jerusalén Este.
La Cumbre de Neguév “refleja la pérdida de la identidad árabe para todos aquellos que acordaron ser parte del proyecto de normalización con el enemigo”, estimó Daoud Shehab, dirigente de la Jihad Islámica.
En similar sentido se pronunció el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), grupo que controla la Franja de Gaza.
La cita se efectúa en medio de una escalada israelí contra los territorios palestinos, que incluye el terrorismo, los asesinatos y el desplazamiento de familias, apuntó.
También el Frente Popular para la Liberación de Palestina cuestionó la reunión, en la que participan los cancilleres de Israel, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Bahréin, así como el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken.
Esos cuatros países árabes afirmaron en varias oportunidades que sus vínculos con Tel Aviv no excluyen su defensa de la causa palestina y a sus legítimos reclamos como el retorno de los refugiados y a la creación de un Estado nacional.
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