En su proyección de trabajo, el ente multilateral aborda en la actualidad dos prioridades globales: la equidad de género y África, esta última dando continuidad al programa especial establecido desde los año 80 del anterior siglo, cuando el continente era golpeado con severidad por la crisis económica y financiera, explicó en entrevista con Prensa Latina.
De acuerdo con el también responsable para las Relaciones Exteriores, la Unesco tiene más de 30 oficinas en el terreno, nacionales y regionales, y coordina acciones con la Unión Africana (UA) y otras organizaciones.
Son muchos los programas en todas nuestras áreas de competencia, entre estos en la educación, con iniciativas como la enseñanza a las niñas en el Sahel, una región afectada por las crisis y el terrorismo, y más reciente por la pandemia de la Covid-19, comentó.
Matoko igualmente resaltó la labor dedicada a potenciar la escolarización, que data de los años 90 y ha permitido lograr algunas metas de desarrollo de la Agenda 2030 en la mayoría de los países.
Otro accionar relevante responde a la identidad cultural, una reivindicación de los pueblos africanos en la cual la Unesco apoya, dijo el alto funcionario, quien mencionó el campo del conocimiento de la historia.
En ese sentido, valoró los ocho volúmenes de la historia general del continente y los dos próximos a publicarse con la contribución de africanos y de africanistas.
También en el ámbito de la cultura, la organización especializada de la ONU acompaña a África, donde la creatividad y la industria culturales representan más de 10 por ciento del Producto Interno Bruto.
Hay jóvenes artistas, mujeres que necesitan respaldo, y más aun tras el impacto de la Covid-19, un trabajo posible gracias en buena medida al programa global ResiliArt, subrayó el director general adjunto.
Según Matoko, no menos relevante es la aspiración de potenciar el conocimiento del patrimonio cultural de un continente que está lejos de tener inscrito en las listas de Patrimonio de la Humanidad todos los sitios, tradiciones y saberes que debería.
Trabajamos en la capacitación para hacerlo posible y en la elaboración de un inventario sobre elementos con potencial para engrosar las listas del Patrimonio Mundial, acotó.
Respecto a la ciencia, manifestó a Prensa Latina el interés en multiplicar la producción científica de África, que hoy apenas aporta un dos por ciento de la registrada en el planeta, y en garantizar el acceso desde la ética y la inclusión a la Inteligencia Artificial.
Otra cuestión relevante es el financiamiento, y podemos decir que en los últimos cuatro años hemos conseguido 200 millones de dólares adicionales en contribuciones voluntarias para respaldar el desarrollo en las áreas de competencia de la Unesco, afirmó.
Matoko, al ratificar el compromiso del ente multilateral con África y su renacimiento, proyectado en la Agenda 2063 de la UA, recalcó que la prioridad no es solo para la Unesco, es una labor de todos los Estados miembros.
Quisiera, además, insistir en la importancia de mirar hacia el continente para visibilizar su inmensa riqueza en diversos sentidos, desde el trabajo de los jóvenes y la sociedad civil hasta su contribución al progreso de la humanidad, y no solo para visibilizar su pobreza, manifestó.
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