El portavoz Stéphane Dujarric destacó que el secretario general, António Guterres, envió sus condolencias a las familias de las víctimas de los asedios ocurridos el lunes, cuya autoría hasta ahora no reclamó ningún grupo armado.
Además trasladó el apoyo de la ONU a los Estados de la región en su lucha contra el terrorismo.
‘Permanecemos firmes en nuestro apoyo a los países del Sahel y sus vecinos en sus esfuerzos para superar la lacra del terrorismo y abordar los desafios políticos y de seguridad, además de los humanitarios y socioeconómicos, existentes en la región’, apuntó el vocero.
Según el jefe del Estado Mayor del ejército marfileño, Lassina Doumbia, los ataques fueron contra las localidades de Kafolo y Kolobougou, así como precisó que el primer asalto lo lanzaron cerca de 60 ‘terroristas fuertemente armados’ procedentes de Burkina Faso.
Kafolo fue objeto de un ataque en junio de 2020 que causó la muerte de 13 militares y por el cual las autoridades acusaron a grupos yihadistas que operan en el linde con Burkina Faso.
Aquella agresión sucedió a una operación antiterrorista ejecutada por efectivos de las fuerzas armadas de los dos países en la frontera común que dejó ocho muertos entre los extremistas y la destrucción de una de sus bases.
Los grupos yihadistas, principalmente afines a Al Qaeda y al Estado Islámico en el Sahel, aumentaron sus acciones en los últimos tiempos contra Malí, Burkina Faso y el oeste de Níger, y los gobiernos de esa subregión temen que la violencia avance hacia las naciones ribereñas de África occidental.
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